jueves, 11 de octubre de 2012

Orfeo y los malditos



el lamento de Orfeo

lo siento mucho Eurídice
me equivoque
por quererte tanto
por desear extenderme en tu cuerpo
de musa hipnotizante.
por ello, desandaría lentamente mis pasos
pero ciega y muda te vi
¿ habrás disfrutado el veneno de la serpiente?
desgarre mis vestiduras
inundadas de recuerdos
en los límites de la existencia
en las habitaciones maléficas del cosmos
frente al graznido de los espectral
no quise detenerme
no quise fallarte
no quise que me falles
te extraño tanto
pero no, ya no voy a volver
a esos infiernos
para salvarnos
nunca mas.


 
Les Poètes maudits

I
dulce pequeña muchacha
caminante del árido corazón
condenado por quien sabe que tribunales,
padece suspensión
nunca tuvo sueño
vive del divague en su pequeña jaula musical
y nunca podrá apaciguar tus aguas
aunque estire los labios
aunque arranquen mis manos escritoras.


II
no se
        que carajo
                     podemos comunicarnos
pero
    quiero
                   que te quedes conmigo.

no se
      cuanto cuantisimo
                              podemos llegar a conocernos.
pero
    quiero
                    que te quedes conmigo.

no se
      si deberíamos
                             amarnos tanto.

pero
      vos
           no te vas
                                a ningún lado.

III
abrazarte, besarte, devorarte. que me temas en la noche como un lobo filoso que merodea salvajemente en la fría estepa. yo se que tu cuerpo fue hecho para mis colmillos. yo se la dulzura que esconden tus muslos. yo se que mi canto es de miedo y pavor. te amo y tengo miedo. voy a morderte con mi voz verdadera, en la noche de los cuerpos, en la noche de los cuervos. con mis pesadillas escritas en el borde de la ciudad. No podes saber con que lentitud manejo esta situación. Tengo tiempo, te voy a hacer rogar, te voy a matar, te voy a dar placer... te acordaras de mi y no habrá mejor horror que el olvido.


IV
emprendo mi viaje de poeta maldito hacía la tempestad
solo con café, cigarrillos y fósforos
        escribiendo vivo, solo así puedo vivir
aceptando la crisis de la razón, con una rebelión y un escepticismo
que a nadie le llaman la atención.
alejándome de la retorica   jurídica-política-ideológica-académica
crujiendo las neuronas, pensando  la plegaria que ayude
en los momentos en que el terror   produzca su ataque de ruptura
                 sobre todo lo vivo.


V
poeta
opiomano
fuma
las palabras
y no
las quema
y no
les contamina
los negros
pulmones.


VI
fracasando en la época del triunfo
la confusión de verlos
caminando
parloteando
sonriendo
padeciendo.
mientras que mi animo
se ensombrece
ante la puerta de lo gris
ante la mesura de lo silencioso
ante la estela del desasosiego

voy oliendo las flores de los días anteriores
mientras escucho una cantata vitalista
y revuelvo el desorden de mi espíritu
a pura piña.

VII

entre sueños, contemplo mi posición desde el mundo
trato de levantar mis brazos, estos no responden
empleo todas mis fuerzas, esfuerzo descomunal
logro levantarlos, pero no logro despertar mi cuerpo
mi mente esta aterrorizada por la inmovilidad del cuerpo
a perdido el control. Mis brazos caen
mis ojos se dirigen hacia lo mas oscuro
y lo mas oscuro es, la sombra de un niño en la noche
me mira, a pocos metros, me mira
me devora los ojos con su presencia
grito, quiero gritar, quiero arrancar un aullido de mi garganta.
nada sale, nada sale mas que el silencio fatal.




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